Sevilla, una ciudad con corazón

Sevilla © CatherineL-Prod / Bigstock.com
Si
a cualquier persona que ame viajar le mencionan por sorpresa la palabra
automáticamente con una sonrisa o le invada un reconfortante
sentimiento de simpatía. Ya sea por
vivencias propias, relatos conocidos o experiencias por vivir, Sevilla
es una ciudad que
sabe proyectar buenas vibraciones en el viajero. Y eso siempre motiva a
las
audiencias.Patrimonio de la Humanidad
Entre todos los edificios históricos que Sevilla atesora resaltan, seguramente, tres construcciones que no te puedes perder de ningún modo. Un conjunto que, junto al Archivo de Indias, fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad: El Real Alcázar, la Giralda y la Catedral. El Archivo de Indias El Archivo de Indias conserva más de 80 millones de páginas históricas y 8.000 mapas y dibujos. Un patrimonio documental, sin duda, de incalculable valor en el que hallamos, por ejemplo, cartas escritas por Cristóbal Colón, Magallanes o Pizarro, entre otros. La Catedral de Sevilla La Giralda de Sevilla es una torre de unas dimensiones sin comparación para una edificación de su época (su construcción abarcó desde el siglo XII hasta el XVI).
De hecho, fue durante mucho tiempo la torre más alta del mundo (101 metros contando el Giraldillo, la preciosa veleta que la corona y uno de los símbolos de la ciudad). La Giralda es una perfecta simbiosis de diferentes estilos arquitectónicos, de diferentes civilizaciones, una torre que comienza siendo alminar y termina siendo campanario. Cuando subas a su mirador podrás contemplar toda la ciudad, y a sus pies el Patio de los Naranjos y la mayor Catedral gótica que existe. El Real Alcázar de Sevilla A escasos metros de la Catedral, podrás ver las murallas tras las cuales se extiende el Real Alcázar de Sevilla: un palacio de palacios, un conjunto único en el mundo. El mundo del cine en múltiples ocasiones, o series como Juego de Tronos, ya se han rendido a sus encantos.
Flamenco y el Arenal
El Flamenco es seguramente la expresión más pura del folklore andaluz. Cuentan que sus orígenes se relacionan con la llegada de los gitanos en el siglo XV a las campiñas gaditanas de Jerez y a Sevilla. A mediados de siglo XIX se populariza a través de los cafés cantantes. El primero de estos cafés cantantes se abre en Sevilla hacia el año 1885, extendiéndose posteriormente por Andalucía y Madrid. Hasta entonces el flamenco no había salido de reuniones familiares o fiestas particulares. El flamenco es música, cante, baile, poesía, sentimiento y toda una filosofía vital. Un arte popular que ya está declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En Sevilla es fácil disfrutar diariamente de la representación de este arte en todo su esplendor en los conocidos tablaos flamencos -herederos directos de los antiguos cafés cantantes-, en espacios temáticos como el Museo del Baile Flamenco, en las peñas de los barrios, en bares singulares y, por supuesto, en festivales como la Bienal, el mayor evento mundial del flamenco. En los alrededores de la Plaza de Toros de la Real Maestranza podemos encontrar estupendos establecimientos para comer bien y vivir noches increíbles. Es el barrio del Arenal, una zona donde impregnarse del alma flamenca en toda su esencia. En tablaos como el del Arenal, desde luego, pero también mediante la asimilación misma de los códigos de la Sevilla noctámbula. La fiesta flamenca está en el ADN de la ciudad.